No-puedes-compartirlas-sin-su-consentimiento

Revenge porn, pornovenganza


La publicación, sin consentimiento, de imágenes íntimas de una pareja o expareja femenina por parte hombres de todas las edades e incluso adolescentes es una práctica que se ha disparado en los últimos tiempos. La cultura machista, que está en el fondo de este tipo de violencia contra las mujeres, adopta incluso el eufemismo “pornovenganza” , “revenge porn” o “porno vengativo” para identificar este delito.

Ni es porno, ni es venganza, es un delito contra las mujeres.

Sin duda, la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres es un camino necesario para combatir esta lacra, en tanto que la desigualdad está detrás, también, de esta forma de victimización de las mujeres.

En línea con lo anterior, no cabe usar el eufemismo “porno venganza”, que tiende a legitimar esta acción. No se trata de material pornográfico porque no se produjo con la finalidad que sí se asume en la pornografía y que es la exhibición a terceros, con fines lucrativos o no. No es tampoco venganza (acción que muchas personas dan por buena en sí misma aplicando la Ley del Talión), porque no se puede interpretar como reacción a un desagravio equivalente previo. Llamemos a  las cosas por su nombre, se trata exposición de imágenes íntimas sin consentimiento, es ciberviolencia machista sexual.